Pilotos de caza espanoles admiten que la OTAN ataca objetivos civiles

 

Los pilotos de los aviones espanoles que han participado en el bombardeo contra Yugoslavia no se sienten "supermanes" ni senores del aire. Todo lo contrario, dicen que están en contra de esta guerra, en la que nuestras fuerzas hacen una labor de comparsas de la música que tocan los norteamericanos, y denuncian que la OTAN, desde el principio del conflicto, ha dado órdenes de bombardear objetivos civiles, lo que luego llamaban "efectos colaterales". José Luis Morales El capitán Adolfo Luis Martín de la Hoz, que volvió a finales de mayo a Espana después de participar en los bombardeos desde el comienzo del conflicto, un "auténtico experto en el temible F-18", el avión de guerra más utilizado en la política bélica de "tierra quemada" en los Balcanes, es muy tajante: "En primer lugar, quiero dejar bien claro que la mayoría, digo la mayoría, de mis companeros, aunque no todos, están contra la guerra en general y contra esta guerra de barbarie en particular". Martín de la Hoz dice que él y sus companeros "están quemados". "Hace unos días aparecían en los periódicos unas declaraciones del comandante Macés Micavilla, que ahora está en la base italiana de Aviano con los pilotos que nos han sustituido a nosotros, en las que decía que nuestro mayor contrincante en el aire era la salud mental y física. Pero yo le digo que nuestros mayores enemigos son nuestros propios mandos, el ministro de Defensa y todo su equipo, los miembros del Gobierno, que no saben nada de la guerra y siguen sin enterarse de nada y, lo que es más grave, son culpables de mentir al pueblo espanol a través de los periódicos, la radio y la televisión, los corresponsales extranjeros y las agencias informativas". Las sospecas de que los reiterados bombardeos de la OTAN contra víctimas civiles y objetivos no militares, no son producto de "errores" bélicos, son confirmadas por el capitán Martín de la Hoz: "Varias veces nuestro coronel protestó ante los jefes de la OTAN porque senalaban objetivos que no eran militares. Lo despedían con cajas destempladas y, que nosotros sepamos, los norteamericanos reprendieron a nuestro Ejército, unas veces a través de Bruselas y otras ante el ministro de Defensa. Pero hay más, y esto quiero decirlo a los cuatro vientos: en un momento determinado, una orden cifrada de los militares norteamericanos nos mandaba que lanzáramos bombas antipersonas sobre los desplazados de Pristina y Nis. El coronel se negó en redondo y, pocas jornadas después, llegaba el oficio de traslado. Lo que digo ahora no es nada para lo que tendré que decir en su momento". El militar espanol denuncia que "el Gobierno espanol no sólo no se entera de nada, sino que está a la zaga de falsos acontecimientos que les dan redactados en Aviano, donde funciona una especie de gabinete de prensa militar en manos de generales y funcionarios norteamericanos. Desde que llegamos a Italia -sigue el capitán- las humillaciones y ofensas no han cesado. Allí sólo mandan los generales norteamericanos, sólo ellos y nadie más que ellos. Nosotros somos un cero a la izquierda, como lo van a ser los que nos han sustituido. Pero aún hay más cosas. Aquí han declarado que el mando y los pilotos espanoles han dirigido varias operaciones. Mentiras sobre mentiras. Todas las misiones que hemos realizado nosotros, todas y cada una, han sido planificadas por los altos mandos militares estadounidenses. Más aún, todas vienen planificadas, con los planes de ataque, objetivos y tipo de munición que debemos lanzar. Jamás hemos dirigido nada, y nuestras misiones se han limitado a sobrevolar las fronteras de Macedonia, Albania, Bosnia y Eslovaquia". Mentiras del Gobierno Ninguno de los pilotos que ahora están asentados en Aviano, y que sustituyeron a los que partieron hacia la base italiana poco antes del inicio de la guerra, el pasado 23 de marzo, fueron allí con ánimos redentores, dice el militar espanol. "Se ha escrito hasta la saciedad que los pilotos espanoles disciplinados y patrióticos, -según el ministro Eduardo Serra- tienen sus mentes ocupadas en la complejidad de sus misiones de guerra". Pero hemos leído tantos disparates y tantas mentiras que acordamos no leer ni un solo periódico hasta que volviéramos. El cabreo que tenemos es mayúsculo. El presidente del Gobierno, el ministro de Asuntos Exteriores y el ministro de Defensa mienten descaradamente cada vez que dicen una palabra sobre la guerra. Algunos de nosotros tenemos otra opinión y pensamos que no se enteran de nada, porque los norteamericanos -la Casa Blanca, el Pentágono, la CIA, la embajada o los servicios de información militares, los que sean, no les informan de nada. ?Cómo quiere que se enteren si el propio Javier Solana no se ha aclarado desde que empezó la guerra? Solana es un pelele al que han puesto ahí los yankis para que haga lo que le dicen que tiene que hacer. Así hace, poniéndose firmes ante el general Clark cuando le habla, o, mejor dico, cuando le da órdenes para que las cumpla sin recistar". Sobre la manipulación de la información sobre la guerra, el capitán Martín de la Hoz dice que "nadie ha dico nada de los acidentes que se han producido en Aviano, del desastre en el mantenimiento de los aparatos espanoles, sobre todo, y de las humillaciones permanentes a las que nos han sometido desde el principio. No es que seamos carne de canón. No. Es que no somos nada. Sobre los acidentes mortales, bajas sufridas ajenas a los combates, desprecios y sanciones, no han dico ni una sola palabra. !Nadie!". A la falta de objetivos y las humillaciones se une en los militares espanoles la certeza de que no tienen coartada. "Sabemos perfectamente que estamos interviniendo en un conflicto -dice Martín de la Hoz- que recaza la mayoría de los espanoles y eso para nosotros es lo más importante. Pero lo que no se dice en ninguna información, comentario o tertulia, es que espanoles, holandeses, portugueses... estamos allí para dar cobertura frente a la galería a los generales norteamericanos, que son los que hacen y deshacen en la guerra. No hay ningún comentarista que tenga la menor idea de lo que está pasando en Yugoslavia. Están macacando el país, bombardeándolo con nuevas armas, gases tóxicos enervantes, minas de superficie que se lanzan con paracaídas, bombas de uranio, naplam negro, rizales de esterilización, lanzaderas para envenenar los cultivos y armas que ni nosotros conocemos todavía. Los norteamericanos están haciendo allí una de las mayores barbaridades que se pueden cometer contra la humanidad. Muco y muy mal se hablará en el futuro de lo que allí está ocurriendo, porque, además, según hemos hablado con mandos británicos y alemanes, fue disenada para macacar a los europeos y tenernos sometidos durante mucas décadas". Por eso, el capitán Martín de la Hoz se indigna cuando se habla de los costes de la guerra. Para que no haya dudas, confirma que los militares destacados en Aviano cobran unas primas que "multiplican por cinco nuestros emolumentos, sin considerar dietas y otros gastos. Podríamos decir que deberíamos estar contentos con lo que esta guerra significa económicamente para cada uno de nosotros, pero no es verdad, lo que nos dan es el cocolate del loro. Esta guerra les va a costar a los espanoles más que todo el dinero presupuestado para Cultura en los últimos cinco anos. Y como habrá que pagarla, aunque ahora no diga nadie nada por lo de las eleciones, verá como dentro de unos meses se resienten nuestros bolsillos. Porque esta guerra brutal de los yanquis, sólo de los yanquis, y de nadie más que de los yanquis, la tendremos que pagar todos nosotros. Que conste que con lo que digo no trato de exculparme y de entonar el mea culpa por haber participado en ella, porque nunca podré olvidar que allí se está cometiendo una de las mayores salvajadas de la historia".